La calabaza es un fruto (sí, leíste bien, un fruto) súper versátil del que sacamos muchísimo provecho en nuestra cocina. Es prima cercana de la sandía, el melón y el pepino, y ya sea cruda, cocida, frita, en cremas, gratinada, como acompañamiento, plato principal o postre, es un básico indispensable en nuestra dieta desde que somos bebés hasta que envejecemos. Y no es para menos, porque además de su gran sabor, las distintas variedades de calabaza son muy ricas en fibra, vitaminas y minerales, necesarios para una salud inquebrantable en cada etapa de nuestra vida.
En nuestro país existe una gran variedad de calabazas, pero entre ellas hay cuatro que destacan por ser las más conocidas y por contar con más aplicaciones culinarias. Acompáñanos a conocer un poquito más de la calabaza mexicana y las distintas formas de prepararla:
Esta es la calabacita "de cajón", la más común en nuestra cocina. Su forma es larga y ovalada, con cáscara verde oscuro con manchitas verde claro o color crema. Se puede comer cruda o cocida y se usa en sopas, guisos, ensaladas, e incluso hay postres que la incluyen. En pocas palabras, desde el desayuno hasta la cena, la calabaza italiana nunca te va a quedar mal. Para muestra de su versatilidad échale un ojo a esta fácil y deliciosa receta de crepas de verduras.
En sabor y textura son muy parecidas a las italianas, sólo que son más chaparritas y regordetas. Sus aplicaciones también son muy similares, con la ventaja de que la criolla es ideal para preparar calabacitas rellenas.
Es la que destaca más en el otoño, porque se le relaciona con el Día de Muertos y la fiesta de Halloween. Esta calabaza se cultiva desde la época prehispánica, y se puede encontrar en muy distintos tamaños y formas? las hay redondas, elípticas, aplanadas, chaparras, flacas, gordas, y las puedes encontrar desde pequeñitas ¡hasta de más de un metro de alto!
También se le conoce con otros nombres, como: calabaza de casco, cuaresmeña, támala, zapallo, auyama o ayote, y su sabor neutral se adapta tanto a recetas dulces como saladas.
En esta época del año, por ejemplo, no podemos prescindir del famoso pay de calabaza, que es un postre indispensable para el otoño e invierno.
Además, las semillas de la calabaza de castilla se usan como botana y para la elaboración de deliciosos platillos como moles y pipianes, por ejemplo, unos riquísimos papadzules, que son muy fáciles de hacer y perfectos para cuando tienes invitados.
Su forma es parecida a la de un cacahuate o un bule, y su cáscara es lisa y anaranjada, suave y aterciopelada. Por dentro, su pulpa es anaranjada, su sabor es un poquito más dulce que la de castilla, y tiene ligeras notas de nuez. La mayoría de las veces se utiliza en platillos dulces, como estos buenísimos hot cakes de calabaza para un gran desayuno.
Una mención especial merece la flor de calabaza, que por su belleza y sabor es la reina de las flores comestibles mexicanas, y va bien tanto en una quesadilla de comal como en el plato más refinado. Si te has preguntado cómo preparar la flor de calabaza, puedes hacer, por ejemplo, unas tortitas de verduras con salsa de flor de calabaza, ideales para compartir en familia.
Como ves, además de deliciosas y nutritivas, las calabazas son muy versátiles y para todos los gustos. ¿Te animas a cocinar un día completo puras recetas que lleven este ingrediente? Elige tus recetas preferidas y cuéntanos cómo te fue.
Fuentes:
Mena, J. (S/f). Calabaza de Castilla, un clásico de esta temporada. Revista Forum.
Cocina Fácil. (2019). Tipos de calabaza que puedes usar para tus recetas.
Oviedo, A. (2020). Estos son los tipos de calabaza que existen en México. Food & Wine.