Llega la época navideña y con ella la temporada de postres, ¿no les encanta? Si bien hay miles de recetas, hay tres que se llevan el premio por su gran historia, ¡vamos a conocerlos!
Fruit Cake
En primer lugar y por ser el más antiguo tenemos al fruitcake, un pan que se prepara con frutos secos, nueces, especias y se marina con licor. Este postre nació en la antigua Roma, en donde se utilizaba como alimento para la guerra, ya que lograba conservarse durante largos períodos de tiempo por su alto contenido en azúcar.
Aún no se sabe cuando se empezó a utilizar como postre navideño, pero existen dos versiones; la primera nos dice que cuando la receta comenzó a volverse popular, las leyes europeas restringieron su consumo solo para Navidad, bodas y algunos otros días de fiesta, la segunda cuenta que la tradición proviene de Inglaterra, por el año 1700, donde se regalaban rebanadas de este pastel a las mujeres pobres que cantaban villancicos en las calles.
Así este postre de más de 500 años y digno de la realeza, se compara con los buenos vinos, pues los expertos dicen que se debe dejar madurar para apreciar más su fuerte sabor. Da clic aquí para ir a la receta: http://bit.ly/fruitcakeHSJ.
Tronco navideño
Este pastel que asemeja a un tronco de árbol nace de la antigua tradición de regalar durante las festividades decembrinas el tronco más gordo que se pudiera encontrar para ponerlo en la chimenea, en donde se cobijaba al calor toda la familia durante los tres días de fiesta.
Tiempo después, a finales del siglo XIX, el historiador y pastelero Pierre de Lacam, cambio la tradición creando la “Bûche de Nöel”, un bizcocho de pan ligero, enrollado y relleno con una crema, cubierto con un glaseado de chocolate espeso en el que se marcan surcos que imitan la corteza del árbol.
Si quieres continuar y regalar a los que más quieres un símbolo del calor de hogar, te invitamos a preparar la receta: http://bit.ly/tronconavideñoHSJ.
Buñuelos de viento
Los buñuelos son uno de los platillos típicos de la fiestas Navidad que siempre se antojan acompañados de un atole blanco o de chocolate. Se dice que en México son una herencia mozárabe, que llegó durante la época del Virreinato, en donde eran mejor conocidos como “puñuelos”, ya que la masa se aplastaba con los nudillos del puño y podían ser elaborados con requesón, queso, pulque con leche o de viento.
Quizá el estado mexicano que le da más significado a este platillo es Oaxaca, pues tienen una tradición que dice que los buñuelos deben ser servidos en un plato de barro, al terminarlos, este utensilio será estrellado contra el piso, y que al romperse garantizará que un deseo pedido previamente, será concedido para el nuevo año.